La Reina, en el tablero sexual, es la protagonista,con su poderÃo y su sensualidad conquista.
Pero no se trata solo de su ubicación fÃsica,sino de cómo se le trata y se le facilita.
En el ajedrez, la Reina mueve en distintas direcciones,y en el sexo, su entrega sigue esas opciones.
Se adapta a los deseos y a las fantasÃas
y en cada posición brinda nuevas delicias.
Pero cuidado, no se trata solo de dominio y control,sino de comunicación y respeto en cada rol.
La Reina no es solo una pieza de placer
sino una partÃcipe activa en el acto de amar con placer.
Asà que en el ajedrez de la pasión y el deseo,aprendamos a colocar a la Reina en su trofeo.
En la posición donde ambos encuentren su goce,y juntos, disfruten de un amor que florece.
En el tablero de los cuerpos entrelazados donde el deseo se convierte en jugada,el sexo y el ajedrez se han encontrado,danzando al compás de la pasión desbocada.
El ajedrez, como la vida misma es
estrategia y astucia puestas en juego
cuidado con tus movimientos, talvez
no encuentres la paz en ningún dilema resuelto.
Pero cuidado, no confundas el poder
con el verdadero valor de una partida
el sexo es un baile, un querer volver
un encuentro sincero entre almas perdidas.
Asà que, amante, pon en tu tablero a la reina con tacto y sin apresurar descubre que el sexo es un juego efÃmero donde ambos ganan si saben amar.
El ajedrez y el sexo, dos juegos de ingenio,jugados con el corazón y la destreza,en cada movimiento, en cada encuentro la pasión y la estrategia se entremezclan con certeza.
Asà que, amado/a mÃo/a, cuando te sientas dispuesto/a,a jugar estas partidas cargadas de lujuria recuerda que el sexo es juego, no es solo el opuesto,es un arte que exige entrega y valentÃa.
Y cuando pongas a la reina en su lugar
con su mirada penetrante y soberana
sabrás que en el ajedrez del sexo, al amar no hay mejor jugada que una pasión que emana.
Carlos Roberto Donis
El viajero aprendÃz de letras
Guatemala
Derechos Reservados
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La Reina, en el ajedrez, es la pieza más poderosa,en el sexo, su posición es también valiosa.
Debe ser amada, respetada y consentida,colocada en el lugar perfecto para ser complacida.
La Reina, en el tablero sexual, es la protagonista,con su poderÃo y su sensualidad conquista.
Pero no se trata solo de su ubicación fÃsica,sino de cómo se le trata y se le facilita.
En el ajedrez, la Reina mueve en distintas direcciones,y en el sexo, su entrega sigue esas opciones.
Se adapta a los deseos y a las fantasÃas
y en cada posición brinda nuevas delicias.
Pero cuidado, no se trata solo de dominio y control,sino de comunicación y respeto en cada rol.
La Reina no es solo una pieza de placer
sino una partÃcipe activa en el acto de amar con placer.
Asà que en el ajedrez de la pasión y el deseo,aprendamos a colocar a la Reina en su trofeo.
En la posición donde ambos encuentren su goce,y juntos, disfruten de un amor que florece.
En el tablero de los cuerpos entrelazados donde el deseo se convierte en jugada,el sexo y el ajedrez se han encontrado,danzando al compás de la pasión desbocada.
El ajedrez, como la vida misma es
estrategia y astucia puestas en juego
cuidado con tus movimientos, talvez
no encuentres la paz en ningún dilema resuelto.
Y el sexo, ese arte de amar sin más
también requiere de tácticas secretas,
saber qué posición tomar, jamás,
olvidarse de la reina que se inquieta.
Pero cuidado, no confundas el poder
con el verdadero valor de una partida
el sexo es un baile, un querer volver
un encuentro sincero entre almas perdidas.
Asà que, amante, pon en tu tablero a la reina con tacto y sin apresurar descubre que el sexo es un juego efÃmero donde ambos ganan si saben amar.
El ajedrez y el sexo, dos juegos de ingenio,jugados con el corazón y la destreza,en cada movimiento, en cada encuentro la pasión y la estrategia se entremezclan con certeza.
Asà que, amado/a mÃo/a, cuando te sientas dispuesto/a,a jugar estas partidas cargadas de lujuria recuerda que el sexo es juego, no es solo el opuesto,es un arte que exige entrega y valentÃa.
Y cuando pongas a la reina en su lugar
con su mirada penetrante y soberana
sabrás que en el ajedrez del sexo, al amar no hay mejor jugada que una pasión que emana.
Carlos Roberto Donis
El viajero aprendÃz de letras
Guatemala
Derechos Reservados